Somos lo que comemos 2, Platos pequeños, tallas pequeñas.
Somos lo que comemos, tip número
2. Usa platos más pequeños, tazas más pequeñas, y de a poco, tu talla también será más pequeña.
¿Por qué?
Somos personas tan "bien educadas", que nos resulta casi imposible dejar comida en los platos, no importando el tamaño de los mismos.
Quizá nos podamos quedar con hambre si pedimos un plato chico de pozole, pero será casi seguro que terminemos TODO el pozole que nos sirvan en el plato grande o gigante! No dejaremos ni un solo granito!
Un plato de fruta, es una mejor elección que un plato de cereal, PERO, quizá ese plato de cereal pueda ser una mejor opción, si el plato en que lo servimos es mucho más pequeño que el de fruta.
Una taza de café pequeña, podrá ser endulzada con media cucharada, pero una taza grande, quizá requiera dos cucharadas. Y ya no tendremos la actividad que implica levantarnos por más café. Así que compra una taza pequeña para la oficina y párate tantas veces sea necesario a lo largo del día, te servirá para despabilarte y tendrás unas cuantas calorías menos con esos pasos de más.
Los niños son víctimas colaterales, les servimos porciones para adulto (en platos "normales) y quizá nosotros de adultos, nos servimos carne en platos que son para ensaladas y ensaladas en platos que son para postre.
Si ya estas pensando en cambiar tu vajilla (pues aun no logramos inspirarte a bajar de talla), busca una con tazas pequeñas-medianas (incluso se consideran más elegantes), con platos soperos pequeños y recuerda, el "bajo plato" ¡NO es para servir comida!
Mi experiencia:
En México tenemos la costumbre de comer tres veces al día y la 2a vez, es una comida de tres tiempos, sopa (pasta, arroz o ambas), guisado (plato fuerte), frijoles y no contentos con ello, postre!!
Igualmente, los implementos son acorde a cada tiempo, así que opté por servirme siempre en un traste diferente... todo en ese mismo traste, algo más grande que una taza de café, pero más pequeño que un plato de sopa, y esa fue mi medida. Cuando vaciaba la medida en un plato extendido o en un plato hondo, descubrí que la mayoría de las veces perdemos perspectiva de la cantidad real de comida.
Intenta servirte un pozole en un plato normal, o intenta llenar un plato pozolero con caldo de pollo. Seguro te vas de espaldas cuando veas TODO lo que somos capaces de comer (y por ende también dejar de comer) cuando cambiamos los platos!